La Generalitat renueva la Estrategia para el aprovechamiento de la biomasa forestal y agrícola

La Generalitat ha renovado para el período 2021-2027 la Estrategia para el aprovechamiento de la biomasa forestal y agrícola en Catalunya, con el objetivo de seguir potenciando el uso energético para usos térmicos de este recurso renovable de proximidad.

La revisión actualiza las líneas de acción de la Estrategia, que se empezó a aplicar en 2014, y establece nuevos objetivos con la voluntad de seguir avanzando en los usos energéticos de la biomasa y profundizar en los beneficios que implica. La biomasa forestal es una fuente energética renovable de origen local, y su aprovechamiento contribuye a una mejor gestión de los recursos del país.

La Estrategia continuará dando prioridad a los usos térmicos de la biomasa forestal, y su contenido se ha adecuado al nuevo entorno normativo europeo y catalán, que en los últimos años se ha orientado a hacer frente al cambio climático ya transformar la economía y el modelo energético para descarbonizar los mismos. Las actuaciones planteadas pretenden aumentar la explotación de este recurso, y también que este crecimiento sea sostenible, que posibilite la sustitución de combustibles fósiles y que dé lugar a un sector de actividad tecnificado y arraigado en el territorio.

Un primer eje de actuaciones se refiere a la obtención de la biomasa, e incluye medidas como asesorar las iniciativas emergentes en la evaluación de recursos, ayudar a la implantación de la mejor logística de suministro, priorizar los esfuerzos en las zonas donde el riesgo de incendio es más elevado o simplificar el proceso de evaluación de impacto ambiental de las actuaciones relacionadas con la extracción de la biomasa siempre que sea posible.

En el ámbito de la transformación energética, las actuaciones se encaminarán a impulsar la utilización de biomasa forestal y agrícola de proximidad por parte del tejido industrial catalán y favorecer la producción de astillas, pellets y briquetas por parte de empresas establecidas en Cataluña que puedan proveer con rapidez en el mercado. En cuanto la comercialización, se trabajará para implementar mecanismos para garantizar el suministro de biomasa, garantizar el uso de biocombustibles sólidos de calidad y con el etiquetado correspondiente, e impulsar centros de producción de carbón vegetal con tecnología eficiente.

El consumo de biomasa es el objeto de otro eje de actuaciones, e incluye medidas como la promoción de redes de calor, las comunidades energéticas y las instalaciones de biomasa forestal para uso térmico industrial, el impulso de instalaciones de referencia, o el fomento de instalaciones de calefacción alimentadas con biomasa forestal en los edificios de las administraciones públicas, entre otros.

Todos estos ámbitos irán acompañados de un conjunto de medidas de caracteres transversal, que van desde la formación, divulgación e información sobre la utilización de la biomasa forestal, el impulso de la investigación y el desarrollo tecnológico o la elaboración y recopilación de datos y estadísticas para conocer y monitorizar la evolución del sector. La intención es que toda la Estrategia contribuya a consolidar un sector de actividad alrededor del aprovechamiento energético de la biomasa forestal como oportunidad de crecimiento económico y creación de empleo cualificado.

Con estas líneas de actuación, la Estrategia establece como objetivo conseguir que en 2027 el consumo de biomasa forestal para usos térmicos sea de 730.000 toneladas, es decir, un 68% más que el consumo existente en 2019. Por categoría de combustible, se pretende incrementar un 149% el consumo de astilla, hasta las 340.000 toneladas anuales; doblar el consumo de pellet, hasta las 135.000 toneladas; y aumentar un 11% el consumo de leña, hasta las 255.000 toneladas.

Alcanzar estos objetivos requiere la instalación de 844 MW en equipos, y supondría una reducción de emisiones de GEI de 221.000 toneladas anuales, la gestión de 30.400 hectáreas de superficie forestal y la creación de unos 770 puestos de trabajo.

Desde su puesta en marcha, en el año 2014, la Estrategia catalana para el aprovechamiento de la biomasa ha permitido consolidar el crecimiento constante anual de consumo de este recurso. El año 2019 se consumieron en Cataluña 434,8 miles de toneladas de biomasa, un 81,6% más que el año 2013, y la superficie forestal dedicada a estos usos ha crecido un 81,1%, hasta las 18.115 hectáreas. Además, se han impulsado acciones para estructurar y dinamizar el sector y sus agentes, y ha coordinado la actuación de la Generalitat, con el fin de dar una respuesta única y consensuada a los interlocutores en este ámbito. Sin embargo, factores como el bajo nivel de precios de los combustibles fósiles, especialmente durante los años 2015 y 2016, han impedido que se alcanzaran los objetivos previstos al inicio de la Estrategia.

Cataluña, un país de bosques

Cataluña es un país de bosques; un 64% de la superficie es forestal, con poco más de 2 millones de hectáreas y un incremento de entre 3 y 4 millones de m3 el año de las masas forestales. Los bosques son la infraestructura verde más importante del país, pero la silvicultura y el aprovechamiento forestal sólo representa el 3,9% del PIB del sector primario y el 0,03% del PIB global del país.

La Estrategia hace compatible el aprovechamiento energético de la biomasa con la preservación de los valores propios de los espacios forestales. La gestión forestal garantiza la persistencia de las masas de bosque, favoreciendo su salud y vitalidad de sus ecosistemas, y mediante la aplicación de condicionantes de disponibilidad y de sostenibilidad se posibilita que el aprovechamiento de los recursos forestales contribuya al desarrollo socioeconómico del territorio y, al mismo tiempo, la conservación de la biodiversidad ya la prevención de los riesgos naturales.

El aprovechamiento energético de la biomasa forestal tiene un comportamiento neutro en cuanto a las emisiones de CO2 y da pie a la sustitución de combustibles fósiles, lo que se traduce en una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, es un recurso renovable y de proximidad, y está en línea con los diferentes mandatos y objetivos establecidos para materializar la transición hacia un nuevo modelo energético más limpio, sostenible y democrático.

La Estrategia, pues, es un instrumento imprescindible para conseguir el cumplimiento de los objetivos energéticos, forestales, socioeconómicos y los vinculados al cambio climático que se ha fijado Cataluña en el marco de las legislaciones e iniciativas internacionales, europeas y estatales.

 Noticia de la Generalidad de Cataluña: Publicada el 1 de febrero de 2021.