El biogás en Cataluña tiene un gran potencial y la administración tiene la capacidad de hacerlo posible

El sector del biogás en Catalunya quiere tomar impulso, pero todavía sufre algunos obstáculos. Lo veíamos claramente en las noticias la semana pasada con la planta Biometagás La Galera, en el Montsià. Su director, Fernando Selva, explicaba que para conseguir la licencia para realizar la actividad habían tenido que esperar siete años. Posteriormente, habían tenido que esperar otros cuatro para obtener los permisos de la Agencia de Residuos, y así dar valor al digestado producido.

Además, durante estos once años de espera, la empresa también realizó la inversión por la conexión al gasoducto y el punto de inyección del biometano, llegando a un acuerdo con Enagás. Y es aquí donde se ha encontrado la última traba.

Actualmente, la empresa La Galera está esperando a que la administración les conceda la autorización para poder conectarse al gasoducto que está situado a sólo un kilómetro. Tienen todo el gas vendido, pero como no pueden suministrarlo, mientras tanto deben dejarlo perder. La administración alega falta de competencias.

Por ahora, ha habido varias reuniones entre la Dirección General de Energía de la Generalidad de Cataluña y la Dirección General de Hidrocarburos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para determinar quién es el órgano competente en materia de autorizaciones, y se ha terminado resolviendo que la Generalidad de Cataluña podría ser la entidad competente si se rebaja la presión del gasoducto.

Para poder desencallar situaciones como ésta, es necesario que la administración se adapte y acompañe al sector del biogás para que pueda crecer y alcanzar todo su potencial, aportando el valor energético y ambiental del que es capaz. Desde el Clúster de la Bioenergía de Cataluña, defendemos los intereses del sector frente a las diferentes administraciones públicas, teniendo como objetivo principal poner en el punto de mira de la agenda política este tipo de problemáticas, y así impulsar la bioenergía en Cataluña.

Ahora más que nunca, y frente a la situación política mundial actual, es necesario dar visibilidad a esta opción renovable y de economía circular. Hay camino que recorrer, pero el potencial del biogás en Cataluña es realmente prometedor.